Hace mucho tiempo, Ismaíl vivía en Malpica. Allí conoció a un joven llamado Mario, y se fueron a tomar una tapa a un restaurante cerca de la playa.
Al poco rato, Ismaíl dijo que se iba a recoger conchas.
-Vale -le contestó Mario.
Ismaíl se marchó a todo correr hacia la playa, y recogió conchas hasta que se cansó. Entonces, se dio cuenta de que estaba sólo y de que había llegado a la cueva de un dragón malvado. Mario le había contado cosas de ese dragón, pero cuando se encontró con él se dio cuenta de que era inofensivo.
-¿Por qué lloras? -le preguntó Ismaíl.
-Porque no tengo amigos ni amigas con los que jugar...
-Pues no te preocupes, que yo seré tu amigo.
Ismaíl buscó a Mario y juntos fueron a avisar a sus amigos y amigas. Volvieron a la cueva del dragón y lo pasaron muy bien. Y colorín, colorado, este cuento está terminado... FIN
[Ana Antelo Nieto]