Había una vez una hermosa sirena que quería tener amigos. Un día pidió a su estrella que la convirtiera en humana, y la estrella así lo hizo.
Entonces, encontró un fantasma solitario. El fantasma se alegró y decidió ser su amigo. Y se fueron juntos a una mansión árabe con letras muy antiguas.
Allí, había un escorpión muy triste que hizo lo mismo que el fantasma. Y los tres juntos se hicieron amigos muy inseparables.
Colorín, chin, pin, este cuento llegó a su fin.
[Jacobo Barreira Diz]
Mi querido Jacobo, qué fácil es llevarse bien con todos verdad cariño???
ResponderEliminarLa mansión esa, la veo como grande, grande para los 3 eh, ah bueno, pero luego irían más amigos para las "cuchipandas".
Un beso
Jacobo, el cuento me gustó mucho. Además, me recordó otros tiempos, cuando andaba por la tierra de los desiertos y los palacios estaban llenos de jardines...
ResponderEliminar¡Ay, que bonito!
Jacobo, me ha encantado tu cuento además la foto es preciosa, deberíamos plantearnos ir tu, Tony y yo a ver esa ciudad tan fantástica para luego poder contar muchísimos más cuentos y aventuras.
ResponderEliminarMuchos besos para todos y también para Ismaíl y Mario
Que cuento tan bonito Jacobo un abrazo.
ResponderEliminarJaco que cuento.
ResponderEliminarQue cuento mas guai es chulisimo.
ResponderEliminarHola jacobo que bonito es el cuento.
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